Desde que tengo uso de razón, he escuchado decir que
la gasolina en Venezuela es
regalada. Pero claro que si está demasiado regalada, una botella de agua de 600 ml
cuesta 2 dólares, en cambio un tanque de 40
litros para un vehículo se llena con aproximadamente medio dólar.
Teniendo el país las mayores reservas mundiales de
petróleo, el precio de la gasolina ha permanecido congelado desde 1996, cuando
se fijó el litro de 95 octanos en 0,097 bolívares (0,015 dólares) y el de 91
octanos en 0,07 bolívares (0,01 dólares), muy por debajo del costo de
producción.
Si comparamos Venezuela figura como el
país con el precio de la gasolina más barata: apenas un centavo de dólar por
litro a la tasa de 6,30 bolívares por dólar, en cambio Noruega –que también es
un país petrolero- registra la tarifa más elevada: por encima de 2,53 dólares
por litro.
En todo caso, una persona que actualmente llena el
tanque de 40 litros de 95 octanos, de su vehículo con 3,8 bolívares, debería
pasar de acuerdo a estudios a pagar 40 bolívares -lo que representaría un
porcentaje de 900% de aumento- monto que aún se considera barato en comparación
con estándares internacionales.
Esta realidad, se ha debatido en diferentes
ocasiones, pero el gobierno no se atrevió a actuar, pues en el pasado fue
motivo de sangrientas revueltas populares. Si hacemos memoria el gobierno del fallecido ex-Presidente Carlos Andrés Pérez, en el año 1989 buscó dar un cambio a través
de un programa de ajustes macroeconómicos promovido por el Fondo Monetario
Internacional (FMI). Se anunciaron medidas de aplicación inmediata y otras de
aplicación gradual en plazos breves, entre estas:
·
Liberación de las tasas de interés
activas y pasivas en todo el sistema financiero hasta un tope temporal fijado
en alrededor del 30%.
·
Unificación cambiaria con la
eliminación de la tasa de cambio preferencial.
· Determinación de la tasa de cambio en
el mercado libre de divisas y realización de todas las transacciones con el
exterior a la nueva tasa flotante.
· Liberación de los precios de todos los
productos a excepción de 18 renglones de la cesta básica.
·
Anuncio del incremento no inmediato,
sino gradual de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua potable,
electricidad y gas doméstico.
· Aumento
anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos
derivados del petróleo, con un primer aumento promedio del 100% en el precio de
la gasolina.
·
Aumento inicial de las tarifas del
transporte público en un 30%.
El 26 de febrero de ese año, el
ministerio de Energía y Minas anuncia el alza en 30% de los precios de la
gasolina y el incremento de las tarifas del transporte público urbano e
inter-urbano también en un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses
siguientes, después de los cuales podrían aumentarse hasta el 100%.
La realidad de este programa, es que si
se le hubiese hecho más caso, quizás la historia del país, fuera otra. La gente
del gobierno en esta época estaba muy preparada, y las medidas eran adecuadas,
pero el manejo político no acompaño al económico, lo que trajo como
consecuencia que se generó una revuelta popular, con lamentables resultados.
Este paquete económico fue y ha sido
duramente criticado por el gobierno actual, considerándolo un “paquete neoliberal” que
origino el “Caracazo”.
Luego de las elecciones locales del domingo 08 de
diciembre, el vicepresidente Jorge Arreaza y Rafael Ramírez, vuelven a poner el
tema sobre la mesa, en un país donde se subsidia desde los servicios públicos
hasta algunos alimentos, planteando un debate que debería contemplar el costo
político que implica, la aplicación de la medida.
"Debemos comenzar a cobrar la gasolina",
dijo al considerar que esta medida mejoraría las cuentas de Venezuela, sobre
todo de la petrolera estatal PDVSA, agobiada por deudas, inflación y
estancamiento de la producción.
Para el analista petrolero Diego González, "es
incorrecto que el gobierno trate de proponer la medida sólo para mejorar el
flujo de caja de Pdvsa.**
Con este planteamiento, y una posible devaluación de
la que se habla será de 15 bolívares por dólar para el 2014, una profundización en la estanflación, escasez de rubros
básicos, una inflación estimada para el cierre del 2013 de 54% y de acuerdo al
último informe sobre Venezuela de la firma JP Morgan, donde aseguran que la
inflación estará por encima de 60% durante el primer semestre de 2014, mientras
que la escasez continuará persistiendo, se debe mantener un monitoreo de la
tensión social, a lo cual el gobierno debe poner atención.
** Este
contenido ha sido publicado originalmente en Vanguardia.com en la siguiente
dirección: http://www.vanguardia.com/actualidad/mundo/238307-esta-demasiado-regalada-venezolanos-pagarian-mas-por-la-gasolina.
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